-
El audio de María Conchita Alonso que enfureció a todos los venezolanos: Escúchelo (+video)
13.may.2014 / Haga un comentarioTodos sabemos las nefastas consecuencias que acarrearía una invasión militar norteamericana en nuestro país. Si consideramos las experiencias vividas en Afganistán, Irak, Libia y Siria se sabe que con una intervención militar gringa toda la nación sale afectada y la vida familiar de las personas se destruye.
Sin embargo, más allá de la preocupante amenaza de invasión sobre Venezuela, más grave aún es la complicidad de venezolanos autoexiliados en Miami. Tal es el caso de María Conchita Alonso que desgarrándose las vestiduras por un falso amor por su país, incita irresponsablemente a la invasión de los marines norteamericanos.
Así lo expresó abiertamente durante una entrevista ofrecida en La voz de América: “yo quisiera que Estados Unidos invadiera con balas para sacar a todos esos desgraciados comunistas de Venezuela”.
“Por mí que invadan el país, ya que los cubanos invadieron sin una bala, porque le regalaron Venezuela a Cuba”, dice la ultraderechista actriz, comparando el aporte cubano en materia de medicina, deporte y cultura, con la matanza que lleva el gobierno norteamericano desde hace años en los países que ha invadido.
“En este momento es muy importante que pasen una sanción a Venezuela que significaría que le quiten las visas a los chavistas ya que ellos tan mal hablan de Estados Unidos y llevan muchos años adoctrinando como en Cuba en contra de este país, pero sin embargo ellos vienen acá y se compran casas, caballos, de todo”, señalo la hermana de Robert Alonso, implicado en el hallazgo de paramilitares en la nación venezolana.
El audio fue presentado durante el programa Con el Mazo Dando, que modera el presidente de la Asamblea Nacional Diosdado Cabello, en una espacio llamado “Escuadrón cara e´tabla”, y que se transmitió con el título “Disociación de María Conchita Alonso”.
La Iguana TV
-
¿Por qué Nelson Mandela estaba en una lista terrorista en 2008?
9.may.2014 / Haga un comentarioPor Caitlin Dewey
7 de diciembre de 2013
Nelson Mandela está siendo recordado en todo el mundo (y en el espectro político) por su heroica batalla de toda la vida contra el apartheid y la injusticia en Sudáfrica. Pero con todos los elogios que le han lanzado, es fácil olvidar que EE.UU., en particular, no siempre ha tenido una relación tan amistosa con Mandela. De hecho, en 2008, el ganador del Premio Nobel y ex presidente todavía estaba en la lista terrorista de EE.UU.
La Comisión Grace fue creada en 1982 por Reagan para erradicar el derroche y la ineficiencia en el gobierno federal. Encabezada por Grace, la Comisión presentó varias propuestas que supuestamente ahorraría al gobierno $ 424 mil millones en tres años, pero Reagan y el Congreso ignoraron este informe. Desde finales de la Segunda Guerra Mundial, más de una docena de prominentes panelistas bipartidistas fueron convocados para hacer frente a los espinosos problemas fiscales del país, pero rara vez sus recomendaciones hicieron que el Congreso actuara.
El verdadero escollo, en el caso de Mandela, fue ideológico. A mediado de los años 80, mientras activistas en Sudáfrica y en todo el mundo comenzaron a pedir seriamente la liberación de Mandela, el gobierno de Reagan todavía veía el comunismo como uno de sus principales enemigos y derrotar el comunismo como uno de sus objetivos de política exterior más importantes, y eso complicó la toma del gobierno en Sudáfrica.
Resulta que el régimen del apartheid había apoyado a EE.UU. durante la Guerra Fría y había trabajado en estrecha colaboración con los gobiernos de Reagan y Nixon para limitar la influencia soviética en la región, tal como Sam Kleiner lo describió en su crónica de Foreign Policy de julio pasado.
Mientras tanto, el Congreso Nacional Africano (CNA) presidido por Mandela se puso picante con los miembros del Partido Comunista de Sudáfrica. Lo peor para el gobierno de Reagan era la aparente amabilidad del CNA hacia Moscú: El secretario general del CNA, Alfred Nzo, envió saludos al Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética en 1986 y eso fue suficiente para impulsar a Reagan a acusar el CNA de fomentar el comunismo en un discurso político en 1986, y a decidir que Sudáfrica no tenía obligación de negociar con un grupo empeñado en “la creación de un estado comunista.”
El gobierno de Reagan compartía este temor con el régimen conservador de Margaret Thatcher en Gran Bretaña, el cual compartía el “compromiso constructivo” de Reagan así como las opiniones anti-sanciones con respecto a Sudáfrica. (Probablemente ayudó a que el Reino Unido, como EE.UU., fuese un importante socio comercial de Sudáfrica). Años más tarde, el exprimer ministro canadiense, Brian Mulroney, escribiría un libro de sus memorias que mostraba sus intentos de persuadir a Thatcher y a Reagan a tomar acciones con respecto a Sudáfrica. Pero todos los intentos, algunos famosos, fallaron:
Cuando hablamos por teléfono la noche antes de irme a Londres, sin embargo, quedó claro que Ronald Reagan trató todo el caso de Sudáfrica estrictamente en términos de la Guerra Fría entre Oriente y Occidente. Con los años, él y Margaret continuamente me confesaban sus temores de que Nelson Mandela y otros líderes anti-apartheid fueran comunistas. Mi respuesta era siempre la misma. ‘¿Cómo puede usted o cualquier otra persona saber eso?’ Lo preguntaría una y otra vez. ‘Ha estado en prisión durante 20 años y nadie lo sabe, por la sencilla razón que nadie ha hablado con él, incluso usted’.
Desafortunadamente para Sudáfrica, la nube del comunismo impidió que EE.UU. actuase durante varios años. Si bien el objetivo oficial del gobierno de Reagan era poner fin al apartheid, y si bien solicitó constantemente a Sudáfrica liberar a Mandela, EE.UU. dio largas al tema crucial de las sanciones económicas. Cuando una resolución de las Naciones Unidas criticó el apartheid, tanto EE.UU. y Gran Bretaña presionaron mediante enmiendas para debilitarlo.
El gobierno de Reagan también siguió el liderazgo de Sudáfrica en la caracterización del CNA, catalogándolo de grupo terrorista en la década de los 70 y obligando a Mandela a obtener Autorización especial del Departamento de Estado para entrar a EE.UU. en 2008. (“Es francamente un asunto bastante vergonzoso”, dijo la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, en ese momento).
Por supuesto, finalmente EE.UU. aprueba sanciones económicas, que son ampliamente necesarias para ayudar a derrocar, al menos en parte, el régimen del apartheid. Mandela fue a alabar a Reagan (al igual que al presidente Bush y al presidente de la Unión Soviética, Mijail Gorbachov) por su papel para poner fin al apartheid.
Pero fue la franca esposa de Mandela, Winnie, quien probablemente expresó mejor la tensa relación entre los dos líderes mundiales y, por un momento en los años 80, entre el movimiento anti-apartheid y Estados Unidos. En 1986, luego de que la casa de Winnie fuera atacada con bombas incendiarias y se quemara, el gobierno de Reagan le ofreció 10.000 dólares para su reconstrucción y ella se negó.
“Es por esto que nuestro pueblo está enojado con los gobiernos de Reagan y Thatcher en particular”, dijo Winnie Mandela. “[Ellos] siguen consintiendo las actividades del gobierno de Sudáfrica. Si guardaran algún sentimiento por la mayoría oprimida y los oprimidos de nuestro país, acabarían con su política de persuasión discreta. Tal parece que sus intereses en este país son mucho mayores que su llamado aborrecimiento por el apartheid”.
__
Caitlin Dewey
Caitlin Dewey cubre medios de comunicación social, cultura digital y otros fenómenos en línea para el Washington Post.
-
Cuentos del Arañero: Eliécer Otaiza Castillo
28.abr.2014 / 1 ComentarioEliécer Otaiza Castillo
Otaiza Castillo, este muchacho que está vivo gracias a Dios. ¡Ese muchacho es un soldado! El 4 de febrero no pudo hacer nada porque no le avisamos. Estaba lejos, en un curso. Regresó al país, al ejército y se puso a trabajar. Se metió una vez en la cárcel de Yare disfrazado de mujer, y se veía muy fea, por cierto. “¿Quién es esta negra grandota que entró aquí?” Otaiza disfrazado de mujer, en Yare, en una celda allá, y tuve que entrar yo y le dije: “¿Pero tú eres loco?”. Era teniente activo, chico, y tenía un plan para sacarnos. Le dije: “No, ya va, un momentico”, porque es un soldado combatiente y andaba encendido: “Mi comandante, lo vamos a sacar. Tenemos tres helicópteros”. Y le dije: “No, no te pongas a inventar, que la cosa va bien. Aquí estamos tranquilos, sigan ustedes allá afuera”. Al tiempo me entero que andan formando los grupos. ¿Quién podía parar eso? Era una ría que se venía encima. El pueblo estaba encendido y los militares también. Nadie podía parar el 27 de noviembre.
Otaiza es un soldado que, con su sangre, regó las calles de Caracas el 27 de noviembre. Fíjate lo que hizo junto a otro muchacho que sí perdió la vida, entrando allá al Palacio. Ellos estaban en las inmediaciones de Fuerte Tiuna en la madrugada, esperando. No tenían comando de tropa porque andaban rebeldes y los tenían muy vigilados. Unas tropas del Fuerte Tiuna que iban a salir hacia Miraflores no salieron, porque algunos oficiales develaron el plan. Estos muchachos ven que sale el sol y no había tropas, estaban solos, solos con sus fusiles y una pistola. Decidieron, cual locos patriotas, irse al Palacio de Miraflores. Y le han entrado a plomo a las puertas de Miraflores. A Otaiza le dieron cuatro tiros de fusil en el pecho. Pero es un atleta, un hombre muy joven, con gran vitalidad. Lo dejaron por muerto. Él confiesa que sintió que se moría. Los médicos del Hospital Militar dicen que llegó clínicamente muerto. Pero le vieron alguna señal, tú sabes, de posible vida, y lo metieron al quirófano, y allí está Otaiza, chico.
Él pasó todos estos años estudiando, es doctor en ciencias políticas, un hombre muy inteligente. Después se recuperó tanto que fue a un mundial de natación y ganó, trajo su trofeo. Y ahora resulta que una madrugada de estas me dijo: “Mi comandante, quiero hablar con usted”. Porque él estaba en mi caravana, fíjate tú, él estaba en seguridad, había hecho cursos especiales de seguridad y es comando. Me dijo: “Mi comandante, yo me quiero ir para la Constituyente”.
Cuentos del Arañero
-
Existe un plan permanente para derrocar al Gobierno revolucionario (+Videos)
La ministra para la Comunicación y la Información, Delcy Rodríguez, enfatizó que existe un plan permanente para derrocar al Gobierno revolucionario. Entrevistada en un programa especial, transmitido la noche de este miércoles por Venezolana de Televisión, se refirió al documento expuesto por Eva Golinger en el que se evidencia un plan desestabilizador contra el gobierno […]
07.NOV.2013 Haga un comentario -
La guerra psicológica si existe y es llevada por medios de comunicación privados
“Hay un sector de los medios privados, que lleva adelante una guerra psicológica que acompaña todas estas formas de sabotaje contra la nación”. Así lo expresó la ministra del Poder Popular para la Comunicación y la Información, Delcy Rodríguez, en la Entrevista de Venevisión, trasmitida este miércoles.
11.OCT.2013 Comentarios desactivados -
Delcy Rodríguez asevera que Globovisión bajó el tono, pero la guerra psicológica sigue
No hay ausencia, no hay ausencia porque el Comandante Chávez significa para nosotros el legado político e ideológico que guía no solo la función del Gobierno, sino el rumbo de la Revolución en su sentido más amplio. Por eso podemos ver que el presidente Maduro enmarca todo su accionar político gubernamental en el Plan de la Patria, que es, si se quiere, el testamento político que nos dejó el Comandante Chávez. Para nosotros no hay ausencia.
09.OCT.2013 Haga un comentario -
Delcy Rodríguez: “Venezuela es un país respetuoso del orden internacional”
“Venezuela es un país respetuoso del orden internacional”, afirmó este jueves la ministra del Poder Popular para la Comunicación e Información (Minci), Delcy Rodríguez, a propósito de la expulsión de tres diplomáticos estadounidenses, acusados de promover actos desestabilizadores en Venezuela.
03.OCT.2013 Haga un comentario -
Ministra Rodríguez: Existe una dictadura mediática prepotente que niega la realidad del país
“La comunicación en un gobierno democrático esta centrada en los derechos del ciudadano, en nuestro país se basa por el reconocimiento de derecho del otro”, manifestó Delcy Rodríguez ministra del Poder Popular para la Comunicación y la Información durante en programa dominical de José Vicente Rangel.
22.SEP.2013 Haga un comentario
-